Cerrando ya el mes de Febrero y mes dedicado en nuestro Blog Cilef a algunos temas de importancia sobre la Podologia y su alcance. Queremos destacar lo relevante de reconocer que son sólo los especialistas competentes quienew pueden indicarnos qué hacer al presentar problemas en nuestros pies.
En nuestro Blog Cilef queremos abordar un reciente estudio realizado en la ciudad de Valencia, España, por parte del Colegio de Podólogos de esa región, quienes alertan sobre la importancia de ser precavidos a la hora de realizar tratamientos en nuestros pies, los cuales requieren del necesario conocimiento y experiencia, así como la capacitación, por parte de quienes los realizan.
En varias ocasiones hemos coincidido en Cilef en advertir lo que el referido estudio menciona sobre los riesgos que puede conllevar el tratamiento de las afecciones de los pies, por parte de personal no cualificado y las graves consecuencias que puede tener para la salud.
Entre los riesgos que menciona el estudio de los podólogos, destacan las infecciones fúngicas o bacterianas y las complicaciones de hongos y papilomas mal tratados, que pueden expandirse y provocar pérdida de uñas o, incluso, el agravamiento de úlceras que, en el caso de personas diabéticas, pueden acabar en amputaciones.
Las principales vías de intrusismo en la profesión, los establecimientos de venta de calzado deportivo que, en muchas ocasiones, realizan estudios de la pisada sin la formación adecuada.
Igualmente es importante advertir que esto puede agravar un proceso patológico o provocar sobrecargas musculares y tendinosas debido al mal apoyo generado por zapatillas específicas en diagnósticos erróneos realizados por personal no cualificado.
Otro aspecto importante es, asimismo, la práctica de los centros esteticistas que suelen eliminar las durezas de los pies y limar verrugas plantares o papilomas pensando que son callos, dando lugar a un aumento del foso afectado, pudiendo ampliar la zona de lesión así como contagiar otras zonas sanas por la mala praxis ejercida.
Otra forma de intrusismo es la actividad de un podólogo no colegiado, que no puede dar la calidad necesaria en sus servicios prestados ya que no cuenta con el soporte científico, jurídico y de asesoramiento del Colegio profesional. Los pacientes deben asegurarse de que la persona que los atiende es un podólogo colegiado y para ello es «imprescindible comprobar que dispone de número de colegiación».
Vamos a profundizar con un ejemplo que nos ocurre en la práctica diaria. Es el caso de las verrugas plantares, son lesiones que pueden plantear dudas diagnósticas ante ojos no entrenados. Con frecuencia son diagnosticadas de forma errónea como ampollas, helomas, “callitos”, roces, entre otras.
– ¿Duele al pellizco?
– ¿Tiene puntitos negros?
– ¿Duele al caminar?
– ¿Ha aparecido de manera espontánea?
Son preguntas que los podólogos hacemos en nuestra entrevista clínica para diferenciar las verrugas de otro tipo de afecciones y que podrían resultar afirmativas en el caso de todas las lesiones enumeradas anteriormente, sin embargo, la exploración Podológica es definitiva para el diagnóstico final.
Además, recomendamos también en Cilef, una revisión anual por parte de un podólogo con el objetivo de comprobar que el estado de salud de los pies es adecuado y poder tratar a tiempo cualquier patología, si fuera necesario, y evitar posibles complicaciones provocadas por su dilación en el tiempo.